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Colchones para alérgicos

Las personas que sufren de alergias necesitan colchones que cumplan con las expectativas de higiene más altas y que estén eficazmente protegidos de ácaros y polvo. En estos casos resultan especialmente indicados los colchones de espuma, espuma viscoelástica, látex o muelles, adicionalmente equipados con fundas lavables y tratadas de manera especial para estar a la altura de las necesidades de alérgicos.

En casi todos los casos, es la presencia intensificada de ácaros de polco, que se hallan en la cama, la causa del malestar para la mayoría de los alérgicos. Los colchones para este tipo de personas pueden ser de muchas clases distintas y estar fabricados de múltiples materiales diferentes, lo que permite también una adaptación también a los gustos de cada individuo. Es necesario saber que los afectados de alergia al polvo no reaccionan a los ácaros en sí, sino a sus excrementos. Éstos se descomponen en partículas minúsculas, uniéndose al polvo de casa, y ese polvo es el que puede reacciones alérgicas al ser inspirado, con consecuencias como ojos llorosos, estornudos, tos o picores habitualmente.

Cada noche, una persona pierde aproximadamente 1,5 litros de líquido mientras duerme, esto sumado al calor corporal generado, crea un ambiente húmedo y caliente, muy favorable para los ácaros de polvo. Este ambiente favorece además la formación de moho, de cuyas esporas también se alimentan los ácaros. Los colchones especialmente diseñados para alérgicos reducen la invasión de ácaros gracias a su mayor transpirabilidad y estructura que favorece la ventilación y previene también la formación de moho.

Por todo ello, en el momento de comprar un colchón, los alérgicos a los ácaros y/o al látex, además de aspectos de confort como el grado de firmeza, deben ante todo tener en cuenta la composición del colchón. Los colchones para alérgicos deben ser de fácil cuidado y estar fabricados de materiales de calidad con buenas cualidades climáticas. Los ácaros de polvo se encuentras en todos los colchones, sin embargo la concentración de éstos varía en gran medida en función del material del colchón. Los alérgicos deben evitar a toda costa materiales como crin, lana o pelo de camello.

Los colchones de espuma fría de alta gama, por sus buenas condiciones climáticas, son muy recomendables tanto para alérgicos a ácaros de polvo como para alérgicos al látex. En el caso de una única alergia a los ácaros, también son apropiados los colchones de látex natural (no látex sintético) ya que se trata de un material hipoalergénico que previene los ácaros, el moho y los hongos. Aún así, este material, en comparación a la espuma fría, es menos transpirable y requiere una mejor ventilación para su correcto cuidado en el caso de alergias.

Además del núcleo del colchón, también la funda debe cumplir con determinadas exigencias. Es necesario escoger un colchón con funda desmontable que se pueda lavar entre 65º y 90º ya que solo a estas temperaturas mueren los ácaros y se eliminan sus excrementos. Además es necesario lavar las fundas con una frecuencia de entre 2 y 3 meses.

Otra buena opción son los colchones con núcleo de muelles, muy adaptables y flexibles. El problema de estos colchones es que su acolchado puede estar fabricado de muchos materiales diferentes, por lo que sólo serían adecuados con una composición determinada y una funda adecuada para alérgicos.