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Protectores de colchones

El protector o salvacolchones suele ser una funda que cubre al completo en colchón, y que a veces también tiene un pequeño acolchado que refuerza la superficie de descanso.

Este accesorio está concebido para proteger el colchón en la medida de lo posible contra el desgaste, tanto por su superficie, como por la parte de contacto con el somier o canapé, y también de su propio núcleo a veces, como en el caso de los muelles, que  tras años de uso pueden ir desgastando la tela del colchón debido a su movilidad.

Los materiales más habituales para la fabricación de protectores salvacolchones suelen ser de tejidos sintéticos, algodones o fieltros. Antiguamente, con el fin de proteger los colchones se utilizabas también materiales acolchados como la viruta o la crin, con el fin de proteger el colchón del roce con el somier de láminas. Los somieres modernos no producen tanto desgaste y estos materiales reducen la transpirabilidad del colchón, favoreciendo la sudoración y la creación de humedades, así como acortando su vida útil.

Estos materiales están por ello en desuso, ya que el fin último de los protectores es ayudar a mantener el colchón en condiciones impecables el mayor tiempo posible para prolongar su vida útil. Además, este accesorio resulta también especialmente importante en el caso de las personas alérgicas, ya que favorece la higiene y la prevención de ácaros, siempre que esta funda sea lavable a 60º o más.

 

Fundas con gomas se sujección

En ocasiones los salvacolchones tienen también solo una o dos caras de recubrimiento sujetos al colchón por una goma. Este tipo de cubrecolchones facilita una ventilación óptima del colchón, siendo especialmente indicados en caso de personas con alergias o sensibilidades en la piel. En el caso de estas fundas, en aconsejable fijarse en la temperatura máxima de lavado, ya que si solo es de 30º, no serán aptas para alérgicos a ácaros, porque estos bichos mueren con temperaturas de 60º o superiores.

Los protectores son además de un gran accesorio para proteger el colchón del desgaste, también una buena medida de higiene.  A diferencia de los colchones, éstos se suelen poder lavar fácilmente, lo que resulta una medida importante contra bacterias de todo tipo. También resultan muy recomendables en el caso de duermientes que tiendan a sudar mucho por las noches. Algunas veces el líquido segregado puede llegar a infiltrarse en el colchón favoreciendo la formación de moho y hongos.

En definitiva, este accesorio resulta muy recomendable para alargar la vida útil del colchón a nivel de desgaste como a nivel higiénico.