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Cómo identificar un buen colchón

 

Según las estadísticas, vas a pasar un tercio de tu vida acostado en un colchón. Por eso es importante tener en cuenta la higiene y cambiar al colchón cada 5 años, así como rotarlo cada 3 meses para evitar deformaciones. Si ya ha llegado el momento de cambiar de colchón hay varios factores a tener en cuenta para no equivocarse en la compra y para saber si un colchón es bueno.

Una persona sana cambia de postura durante la noche en más de una ocasión. En el caso de colchones con acabados de calidad dudosa, es muy posible que en estas transiciones se acabe adoptando una postura poco sana que provoque dolores de espalda y afecte a la calidad del descanso. Por el contrario, un colchón de calidad, ofrece un soporte adecuado al cuerpo del durmiente, asegurando una postura sana para los discos invertebrales en cualquier postura. En esta guía repasamos los principales criterios para elegir un colchón y garantizar su calidad para asegurar que aciertas con tu descanso.

 

 

Criterios para diferenciar un buen colchón

 

Peso volumétrico

El peso volumétrico es un claro criterio a tener en cuenta para saber si un colchón es bueno. Esta cifra está directamente relacionada con la vida útil que podemos esperar del producto e indica el peso bruto de un metro cúbico del material del que se compone el colchón. Generalmente, cuanto mayor sea esta cifra, más resistente es el colchón y algunas de sus características más importantes como la elasticidad y durabilidad. El abanico de pesos volumétricos en los colchones del mercado puede variar entre 10 y 50, siendo recomendable elegir uno que no esté muy por debajo de 35 para asegurar la calidad de nuestro descanso.

Aquí puedes leer más sobre el peso volumétrico y aprender a calcularlo

 

 

Firmeza

La firmeza es una característica subjetiva que representa el grado de dureza que siente el durmiente al reposar sobre el colchón. Además de las preferencias personales, esta cifra se ve directamente afectada también por el peso y la complexión de la persona que descansa sobre la cama. En función de estos factores y la postura que se adopte para dormir, la firmeza adecuada varía para que la columna vertebral descanse de una forma adecuada. Los durmientes que reposan de lado, necesitan una firmeza menor en su colchón que quienes descansan boca bajo, por ejemplo, los cuales ejercen mucha menos presión con zonas determinadas de su cuerpo sobre la superficie de la cama.

Además, este rasgo de los colchones depende en gran parte también de los materiales utilizados la estructura completa, incluyendo núcleo y acolchados. Por definición algunos componentes como la espumación de alta densidad o los muelles de hilo continuo tienes una estructura más firme que otros materiales. El látex o los muelles ensacados, por ejemplo, son generalmente algo más bajos en dureza. La escala de firmeza de los colchones se define en España en una escala del 1 al 6, siendo 1 muy blando y 6 muy firme.

Aquí puedes leer más sobre firmeza

 

 

Altura

Para conseguir una postura ortopédica y sana durante las horas de sueño, los colchones necesitan tener un grosor determinado. Un colchón demasiado fino puede causar graves problemas, si el grosor no es suficiente para resistir la presión ejercida, el cuerpo del durmiente puede llegar a tener contacto con la base o el somier, generando dolores musculares problemas de espalda. Además de esto, el nivel de confort también se ve directamente afectado por el grosor de la superficie de descanso.

Por otro lado, en el caso del grosor, también interfiere la altura y peso de la personas que va a descansar en él. Cuanta mayor complexión y peso, más grosor debe tener la cama para un descanso de calidad. En el caso de personas con poca movilidad o personas mayores, un mayor grosor de colchón facilita la operación de levantarse de la cama y con ello su autonomía. Al margen de todos estos supuestos y factores, un colchón por debajo de los 15cm de grosor es siempre indicativo de una menor calidad. 

Zonas diferenciadas de descanso

En la nueva generación de colchones es habitual encontrar varias zonas de descanso diferenciadas, generalmente 3, 5, 7 o 9. Debido a que la presión que el cuerpo ejerce sobre la superficie de descanso varía de forma notable en diferentes partes de la anatomía, este tipo de colchones permiten una adecuación óptima al contorno del cuerpo para ofrecer un soporte más personalizado. Las zonas de descanso diferenciadas aseguran un descanso más exacto para el cuerpo y para la columna vertebral, y ofrecen también un mayor confort y sensación de acogida . La presencia de esta característica, es un claro síntoma de que nos encontramos ante un colchón de calidad, sin embargo, un uso erróneo de estos colchones puede ser contraproductivo. Para personas de gran tamaño y peso o muy pequeñas, pueden no resultar del todo adecuados, ya que las zonas están diseñadas para colocar correctamente un cuerpo de tamaño medio. Además, una forma de tumbarse inadecuada o torcida puede provocar también que estas zonas de descanso no cumplan la función para la que han sido diseñadas.